QUIERO SER UNA HOJA PERENNE EN TU ÁRBOL

Este es uno de mis poemas preferidos, porque define muy bien la vida y las relaciones personales.

Doy las gracias porque afortunadamente soy una persona que tengo muy buenos amigos que llevan mucho tiempo siendo parte activa de mi vida, y otros que aunque no llevan tanto tiempo, son parte importante de mi vida; si que es cierto, que otros han quedado en el pasado, al igual que yo he quedado en el pasado de ellos; y otros nuevos, que el futuro me traerá. Pero por mucho tiempo que pase no se olvidan, porque pasa cualquier acontecimiento o te los encuentras en la calle y me inunda de alegría verlos. 

Todos dejamos huella en los demás, yo intento que con independencia del tiempo que pueda estar en sus vidas, aunque a veces cabezona como soy, pretendo estar para siempre en sus vidas y que ellos estén en las mía, aunque se que no es siempre posible, otras circunstancias imperan, pero sea como sea pretendo ser una huella que deje un grato recuerdo, devolviendo todo el amor y felicidad que ellos me dan, aunque realmente sin pedir nada a cambio.

Puedo ya decir, que tengo un buen tronco para poder albergar muchas hojas, por lo que tienen cabida en él todas las personas que realmente lo quiera. Reconociendo que soy un poco descastada, siempre… siempre os tengo en mi mente y cuando me necesitéis allí estaré. Me alegraré de vuestras alegrías y lloraré vuestras penas, siendo un buen hombro donde poder descansar vuestra cabeza, como alguno de vosotros ya lo habéis hecho conmigo y otros con los que sé que puedo contar para ello.

Os quiero, porque sois mi familia, la que os he elegido yo de forma voluntaria y he sido correspondida de la misma manera. Y os doy las gracias, porque me hacéis sentir muy y mil veces afortunada, querida y valorada.

EL ÁRBOL DE LA AMISTAD:

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices

por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, 

mas otras apenas vemos entre un paso y otro.

A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. 

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. 

El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, 

que nos muestra lo que es la vida. 

Después vienen los amigos hermanos, 

con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. 

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien. 

Mas el destino nos presenta a otros amigos, 

los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. 

A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. 

Son sinceros, son verdaderos. 

Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz. 

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón 

y entonces es llamado un amigo enamorado. 

Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies. 

Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, 

tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. 

Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, 

durante el tiempo que estamos cerca. 

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, 

aquellos que están en la punta de las ramas 

y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra. 

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, 

algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. 

Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, 

alimentando nuestra raíz con alegría. 

Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino. 

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. 

Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. 

Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. 

Habrá los que se llevarán mucho, 

pero no habrán de los que no nos dejarán nada. 

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida 

y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.