martes, 11 de marzo de 2014


TODO FLUYE, TODO CAMBIA, NADA PERMANECE.



Parece que no, pero todo en unos segundos cambia y la vida da un giro inesperado. Lo que antes veía negro ahora lo veo blanco; lo que era impensable ahora es meditable. Y sin más, zas,… y un nuevo cambio de rumbo.

Me gusta revisar cada cierto tiempo lo escrito y las fotografías que me llevan de nuevo a ese momento y es cuando me doy cuenta de mi evolución. Todos los momentos acontecidos, las personas que en ese momento estaban, cuales eran mis inspiraciones y deseos,… y me los llevo a la actualidad; y comparo los cambios, cuales he cumplido, cuales he olvidado, cuales no se han realizado, cuales he cambiado por otros sueños distintos,...

Me gusta pensar que todo tiene un sentido, que ante los obstáculos me voy superando, que todo fluye aunque parezca a veces que está estancado.

Y me encanta irme a la playa y pasear por la arena o sentarme en ella y dejar la mente en blanco y que fluyan las sensaciones y los recuerdos, porque me hace sentirme viva, conecto con mi "yo" interno, ese al que algunas veces he olvidado.

Cada vez siento más que la sencillez es parte de mi vida e intentando ser consciente y vivir plenamente cada segundo, dedicando todo mi pensamiento y tiempo a cada situación.

Al final la vida es eso un cúmulo de momentos y solamente el tiempo presente es el único momento existente, y cada vez soy más consciente de ello. Antes vivía para el futuro y pensaba demasiado en el pasado. ¡Ya no! Aprendida la lección.

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