domingo, 5 de febrero de 2012

MI COMPAÑERO IDEAL


Después de mucho tiempo y de la experiencia, pensando en lo que quiero y lo que necesito, en lo que tengo y en lo que carezco, en lo que busco,... ahora sé que...


1. Necesito que mi compañero esté creciendo o haya crecido, y no me refiero a la altura. Crecer no es sólo una cuestión de actuar como un adulto, sino para crecer de verdad significa reconocer y resolver los traumas de infancia, todas aquéllas taras que nos quedan, que nos han marcado anteriormente en la vida. Que sea capaz de reflexionar sobre su pasado y tener la madurez que viene de ser emocionalmente libre de su familia de origen, de sus taras del pasado, haber roto los lazos de las viejas identidades y los patrones, para tener libertad de hacer o deshacer según su propio criterio, según su personalidad. Que haya evolucionado como persona. No quiero ser alguien para completar su imperfección. Por lo que necesito a alguien que de cierta manera esté buscando a otro adulto con características similares a la mías, con la que pueda compartir la vida de una manera compatible.

2. Que sea una persona abierta y no esté a la defensiva. Que sea una persona accesible y receptiva, sin que sea demasiado sensible. Las discusiones y desacuerdos sean razonables y productivos, y sean constructivos como pareja y como personas, para reforzar, para conocernos mejor. Que le guste expresar sus sentimientos, sus pensamientos, sus sueños y sus deseos. Que esté interesado en mis cosas al igual que yo en las suyas. 

3. La honestidad y la reciprocidad. La confianza entre las personas es fundamental es la base de cualquier tipo de relación. Por lo que es necesaria la comunicación, ya que cada día tengo más claro, que la gente solamente se entiende hablando. 

4. Respetar y ser respetada. El respeto, la comprensión y la sensibilidad es otro de los cimientos básicos. No siendo una persona controladora, no teniendo un comportamiento amenazador o manipulador.

5. Nos complementamos a nivel intelectual y a nivel emocional. Conocemos nuestras similitudes y también nuestras diferencias. Ha de existir empatía, para poder ser capaces de comunicarse con sentimiento y con el respeto. Y sentirse cada uno comprendido y validado.

6. Que sea físicamente cariñoso y sensible sexualmente. Ha de ser sensible a nivel: físico, emocional y verbal. Que sea una persona cálida y tierna. Y ser desinihibido para libremente dar y aceptar afecto y el placer durante el acto sexual. Por lo que ha de ser generoso al igual que yo también lo soy.

7. Buen sentido del humor. El saber reirse de uno mismo. El relajar los momentos más tensos. El querer hacer más fácil la vida del otro. 


Es suficientemente maduro para reconocer que tiene que pedir disculpas y reparar el daño, y lo hace de forma proactiva y realmente sincera intentando cambiar o poner freno a la conducta negativa. Y no es vengativo, ni rencoroso.


Realmente quiere entender más y más, y lo hace, poco a poco, todos los días. Y parte de ello se refleja en la manera de expresar su amor. Porque la mayoría de la gente ama a su pareja no tanto como su pareja quiere ser amada, sino como ellos quieren ser amados por su pareja. Pero cuando realmente amamos a nuestra pareja, lo hacemos de una manera que sea significativa y saludable para la otra persona y no la nuestra.

1 comentario:

Dalima dijo...

Si esto fuera verdad!!! Pero dar ese nivel es practicamente imposible, por eso casi que desisto.