Carta de despedida

Amigo:

Te escribo esta carta que espero que no sea de despedida sino de un hasta luego.

Lo primero que quiero es darte las gracias por haberme hecho crecer, porque he luchado contra adversidades que nunca pensé que tuviera que pasar, y no he flaqueado, y cuando me he caído me he levantado con más fuerza; y, quizás entrastes en mi vida con ese motivo y por ello te doy las gracias, pero contra lo único que no puedo luchar es contra el tiempo.

Sé que no ha sido ni culpa tuya ni mía, pero si nos equivocamos al no hablar en su debido momento, yo no hablé por miedo a perderte y sé que tú tendrías tus motivos para no hacerlo, pero los males entendidos y equivocos, nos distanciaron.

Pero quiero terminar con este duelo, tuve dos, uno que no pude evitar y otro al que me aferré para no perder a otra persona valiosa en mi vida, pero ya es hora de volar, de quitarme este peso, de ser libre,... Quizás el destino, si es que existe, vuelva a entrecruzar nuestras vidas.

Te pido perdón, si alguna vez te hice daño, fue lo último que siempre he querido, pero puede que sin saberlo te lo haya hecho. Te lo pido porque quiero partir de cero y por ello es necesario que te escriba esta carta, que puede que nunca leas, pero confío que algún día llegues a verla.

En lo más hondo de mi corazón, guardaré los recuerdos que más felices me hicieron, que fueron muchos a pesar del poco tiempo, pero ahora es el momento de partir y empezar nuevos caminos, nuevos retos. No es justo para otros que pierda otros momentos.

Te deseo que seas muy feliz por que lo mereces. Sé que tú silenciosamente también has sufrido, y no es justo, no es justo para ninguno, pero el silencio es un mal amigo y mal consejero, y ganó éste.

Aquí me despido,

Fdo.: una amiga que desde el silencio te aprecia.