Dejar fluir.
Aprender a aceptar que las cosas pasen si es que tienen que pasar. Todo pasa cuando tiene que pasar; y lo que existe es la causalidad y no la casualidad.
Aprendí a borrar el dolor de mi pasado, ya no hay dolor. Aprendí a no juzgar a los demás y menos a culpabilizarme a mi misma. Pasó y pasó, no hay más.
Aprendí que estamos solos en esta vida, nadie podrá sentir en nuestra piel como nosotros las alegrías, las tristezas, el dolor, … Aprendí a tener buenas amistades, a gozar de su buena compañía, pero sin amor hacia misma, sin eso no hay nada.
Aprendo día a día a valorarme con mis virtudes y mis defectos y aceptarlos tan como son. A tener las cosas claras, la mente clara y el corazón limpio.
Estoy aprendiendo a soltar las riendas, aprendiendo a dejar de intentar controlar todo. Aprendiendo a superar el vértigo ante nuevas situaciones, emociones, … aprendiendo a relajar mis nervios para dejar fluir.
Aprendiendo a respetar la libertad, la de los demás y la mía. Nada ni nadie nos pertenece. Unos serán momentáneos e intensos, otros pasarán desapercibidos, otros están más tiempo. Que estén el tiempo que quieran estar, sin atarlas. Saber que están porque quieren, que mejor regalo nos pueden dar.
Estoy aprendiendo a vivir el presente con plenitud, aceptando el pasado y aprendiendo de ello. Intentando esforzarme en no repetir errores y poner en práctica los aciertos. Siendo consciente de ellos.
Aprendo día a día a respetar los pensamientos propios y ajenos. Teniendo en cuenta que he de cuidar lo que digo, respetar lo que escucho y meditar lo que callo.
Estoy aprendiendo a no quejarme de los cambios, sino a aceptarlos de buen grado. Intentando sacar el aspecto positivo.
Aprendiendo a observar a las personas que me rodean. Intentando empatizar con ellos. Primero callo y observo en la lejanía, sin que les moleste y cuando ya lo tengo claro doy el paso. Según sus vibraciones y lo que me contagien me voy acercando poco a poco, me voy interesando a medida que voy aprendiendo de ellas, de como son. No intento convecer de nada, y si me dan cabida, me voy colando en sus vidas, y sino, me voy alejando poco a poco con la misma velocidad que quise acercarme.
Estoy aprendiendo a bajar las corazas que hice en el pasado, a eliminar mis barreras y dejarme ver tal como soy. Esas barreras ya no tienen sentido que existan, ya cumplieron su función. Volviendo a aprender a tener seguridad en mi misma.
He aprendido a disfrutar de mi soledad tanto como de la buena compañía. Estoy aprendiendo a que solamente tengo que ser yo, que mi timidez es una barrera absurda en la que me escondo.
Sé que quien me quiere, me quiere tal como soy.